Hospital Universitario Niño Jesús, testigo de excepción de los grandes avances en pediatría

El Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid conserva, tras más de 130 años, las fuertes señas de identidad con las que nació en su día: ofrecer el mejor servicio a los pacientes mientras se potencia la actividad investigadora y docente como medio para garantizar una continua mejora en la calidad asistencial.

Este centro no solo ha sido testigo de los avances logrados en la prevención de patologías pediátricas, métodos de diagnóstico y eficacia de los tratamientos, sino que también ha sido parte integral de muchos de estos progresos médicos y científicos.

Los primeros equipos directivos del hospital y muchos de los facultativos que ejercieron la medicina en este centro a finales del siglo XIX y durante las primeras décadas del siglo XX, con el doctor Mariano Benavente a la cabeza, son considerados los padres y fundadores de la especialidad pediátrica en nuestro país.

A lo largo de los años, los diversos profesionales que han pasado por el centro han sabido mantener ese espíritu innovador que tantos beneficios ha aportado a la pediatría. 

En los equipos actuales, para reforzar la calidad y ampliar el tratamiento de las patologías, han ganado protagonismo otros profesionales sanitarios y no sanitarios, permitiendo que el trabajo multidisciplinar se convierta en uno de los pilares que garantizan la máxima eficacia terapéutica y el mejor trato médico y familiar.

De esta forma, la calidad científica y clínica mantenida a lo largo de los años ha hecho que el hospital se convierta en un centro de referencia en patologías pediátricas. Hay dos factores que distinguen la asistencia en este hospital reconocido por Madrid Excelente. Por un lado, su gran capacidad y modernización y por otro, el alto grado de humanización que muestran sus profesionales con los pacientes infantiles y juveniles.

Cerca de 1.900 niños pasan cada día por este hospital y más de 90.000 son atendidos anualmente en su servicio de urgencias. Para ayudar a todos los pacientes, las instalaciones de sus espacios están diseñadas con un encanto muy especial con el objetivo de normalizar las enfermedades en la población pediátrica. Habitaciones, salas de espera de quirófano, ascensores o cuidados intensivos se han desarrollado para desdramatizar la estancia de los niños y jóvenes en el ámbito hospitalario.

Además, el hospital incluye el funcionamiento de un colegio integrado que atiende a más de 1.300 niños al año, y ofrece funciones y espectáculos diarios en el Teatro-Circo a las seis de la tarde. Todas estas actividades lúdicas y culturales son parte esencial de la operativa del centro para mantener el ánimo de los pacientes y sus familias.