Julián de Castro: experiencia de calidad en los viajes de autobús

Desde sus inicios hasta convertirse en un referente en su sector, Julián de Castro ha labrado una reputación basada en la integridad, la innovación y el cuidado meticuloso en cada paso de su proceso empresarial.

Fundada hace más 110 años, Julián de Castro ha crecido y evolucionado, manteniendo siempre el foco en ofrecer a sus clientes servicios de la más alta calidad. Uno de los grandes valores que explican la larga trayectoria de estos autobuses en el mercado es el compromiso firme de esta marca con la satisfacción del cliente y la mejora continua, valores que siguen siendo el motor de su éxito en la actualidad.

Empresa certificada por Madrid Excelente, Julián de Castro ha convertido su Política de Calidad en su seña de identidad. Desde un plan específico, la empresa se ha convertido en uno de los claros referentes en los viajes en autobús de la Comunidad de Madrid.

Dentro de este enfoque, la seguridad de la flota es un punto crucial como así lo reflejan la superación continua de auditados y la consecución de certificados por distintas organizaciones. La compañía cuenta con un Centro de Control operativo las 24 horas del día, los 365 días del año, respaldado por tecnología de vanguardia que le permite mejorar la eficiencia y seguridad de todos sus servicios.

En cuanto a su flota, el compromiso es constante en la renovación de la misma En su hoja de ruta, Julián de Castro siempre pretende garantizar que todos sus vehículos sean accesibles y cumplan con las normativas medioambientales más estrictas, incluyendo normativas Euro V, VI y medidas excepcionales como vehículos híbridos, eléctricos, GNC y GNL, con una antigüedad media inferior a cinco años.

De ahí que la sostenibilidad forme también parte intrínseca de su estrategia. Frecuentemente, la organización adopta medidas para reducir el consumo de gasoil y minimizar el impacto ambiental, contribuyendo así a la preservación del medio ambiente.

La punta del icerberg de su Plan de Calidad pasa por una meta que se dice pronto, pero que es sumamente laboriosa para cualquier negocio que opere en el mercado: ser percibidos como una empresa de calidad líder en el sector, evaluado a través de un Índice de Calidad de Servicio (ICS) que refleje la satisfacción de los clientes.